Cómo aplicar el lenguaje no verbal durante el alegato.

Cómo aplicar el lenguaje no verbal durante el alegato.

En un juicio el lenguaje no verbal puede influir a tu favor o en tu contra. Tienes que tener en cuenta que tu intención puede ser expresar una cosa, pero tus gestos tal vez den a entender otra. Entonces no sólo es importante lo que se dice, sino también como y cuando se dice, la manera de gesticular y hablar, además de la estrategia que vayas a utilizar en tu defensa.

A continuación en dabogados.es describiremos detalladamente algunos aspectos de la comunicación no verbal a considerar:

-Uno de los más importantes y el primer punto a destacar, es la mirada. Es fundamental mirar al juez a los ojos, porque fijar la vista en el suelo representaría que no sientes la suficiente confianza y enfocar la mirada sobre su cabeza se traduciría como que te crees superior a él. Aunque tampoco debes mantener la mirada puesta en el juez durante todo el alegato, ya que esto generará una situación incómoda para ambas partes, puedes alternar tu campo de visión entre el juez, los adversarios y el público, sobre todo cuando vayas a hacer mención a algún tema social. Por último, cuando te gires para mirar al juez tendrás que hacerlo con papeles en mano y todo para darle más visibilidad a tu mensaje.

-El segundo punto es la postura que adopta nuestro cuerpo y es, a su vez, el elemento más sencillo de leer. Mientras estés hablando, tu postura y los movimientos de tu cuerpo acompañarán al discurso, úsalos para captar la atención de los receptores. Como consejo, cuando te gires hacia el juez hazlo de izquierda a derecha.

-En tercer lugar nos encontramos con las piernas y los brazos. Las piernas es importante tenerlas rectas y estiradas, ante todo no cruzarlas, pues producirían una sensación de desestabilidad en la postura corporal. Los brazos deben realizar movimientos tranquilos y lentos, no demasiado agitados, ya que estos están catalogados y percibidos como más elegantes y no distraerán tanto al público.

-En cuarto puesto se hallan las manos, cuyos gestos o movimientos son un complemento en nuestro discurso. Su función es meramente acompañar y dar énfasis en ciertas partes al mensaje que deseamos transmitir. Hay que evitar especialmente movimientos bruscos o distractores, tales como jugar con objeto en específico o mover los papeles de un lado a otro. Para trasladar honestidad al receptor habla con las palmas de las manos mirando para arriba y, por el contrario, para negar algo hazlo con las palmas apuntando hacia abajo.

-En último lugar están las expresiones del rostro, que son dibujadas por los ojos, boca, nariz y cejas. A lo largo del proceso, es fundamental reflejar un semblante apacible y amable, sobre todo cuando vayas a dirigirte al juez. Los ojos poseen la llave a la puerta de lo que las personas pensarán de ti, por eso mírales con decisión y sin enviar señales de ansiedad o preocupación. Cuando hables hazlo en un tono tan sereno como seguro, demostrándoles que crees fervientemente en la causa que estás defendiendo.

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