Tener algún pleito con la justicia es una situación delicada que nos puede condicionar la vida mientras dure el procedimiento o las negociaciones, así como influir en nuestro futuro (en el peor de los casos): es imprescindible ir representados por el mejor abogado que podamos elegir dentro de nuestras posibilidades. Por eso, antes de contratar al primero que aparezca, es bueno seguir unas directrices para asegurarnos de que estamos en buenas manos.
- En primer lugar, el abogado debe ser experto en la materia de la que trate nuestro problema: un divorcio se debe resolver con un letrado con experiencia en derecho civil; un delito grave con la ayuda de profesionales de derecho penal; o una reclamación de impuestos en un despacho de abogados de derecho administrativo.
También es apropiado informarnos de si cuenta o colabora con profesionales expertos en varias materias, como abogados de otras ramas (por si nuestro pleito tuviera ramificaciones), peritos, procuradores y notarios de confianza; o incluso agencia de detectives, en caso de que haya que recabar información adicional sobre movimientos de personas, por ejemplo.
- Dado que en España no se puede ejercer sin colegiación, nunca es mala idea comprobar el nombre, los apellidos y el número de colegiado del abogado en cuestión, en el Registro de Colegiados del Colegio de Abogados de nuestro lugar de residencia; o en el Censo de Abogados del CGAE (Consejo General de la Abogacía Española).
- Es importante que el domicilio profesional del letrado se encuentre próximo a nuestra vivienda, para facilitar la celebración de entrevistas en persona. Asimismo, el abogado debe estar fácilmente localizable en todo momento, a través de una página web, un correo electrónico profesional, uno o varios teléfonos de contacto y una dirección física clara y visible, para atender nuestras preocupaciones y urgencias.
Antes de contratar a un abogado profesional, es preferible ponerse en contacto con uno o dos más, para conocer posibles valoraciones diferentes de nuestro caso (es decir, segundas opiniones), así como los honorarios que practican (como haríamos con cualquier otro servicio del que queramos hacer uso).
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También es necesario solicitar un presupuesto o la denominada Hoja de Encargo, que es un documento que contiene, entre otras cosas:
- Los honorarios profesionales del abogado
- Las actuaciones que el abogado va a realizar para cumplir con nuestro encargo
- El importe desglosado que abonaremos por cada una de estas actuaciones
- Dietas, gastos y suplidos previsibles y para los cuales se establece una provisión de fondos, es decir, un dinero que el cliente entrega a cuenta
- La forma en que tendremos que realizar el pago
- Los derechos y obligaciones tanto del abogado como del cliente
- Cuando ya lo hayamos contratado, tendremos que valorar, a lo largo del procedimiento o de las negociaciones, si el abogado es diligente en sus actuaciones, si responde a nuestras llamadas y correos electrónicos en tiempo y forma, y si deja a nuestra disposición y sin problemas los originales que nos pertenecen y que le hayamos entregado.